Las presas en los estados del norte de México, que colindan con Estados Unidos, presentan los niveles de almacenamiento más bajos registrados históricamente, situación que ocurre al inicio de la temporada más calurosa del año, cuando se prevé un incremento en la demanda de agua y en la tasa de evaporación.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Información del Agua, los 41 principales embalses del norte del país están, en promedio, al 47.4% de su capacidad.
Entre los casos más extremos se encuentra la presa Abelardo L. Rodríguez en Hermosillo, con 0.0%, y la Adolfo Ruiz Cortines, en Álamos, con apenas 1%. En Chihuahua, la presa Las Lajas está al 7% y la Internacional Falcón, en Tamaulipas, al 9%, de donde se planea extraer agua para cumplir con el Tratado de Aguas de 1944 con Estados Unidos.
Rosario Sánchez, investigadora del Instituto de Recursos Hídricos de Texas, declaró que “el gobierno mexicano no debe esperar una mejora climática”.
Sánchez señaló que los pronósticos para 2025 no son favorables y que el país “no puede seguir confiando únicamente en las lluvias estivales como fuente de recuperación hídrica”.
El gobierno federal ha presentado el Plan Nacional Hídrico como una estrategia para enfrentar esta situación.
El PNH contempla nuevas obras de infraestructura, como la construcción de tres presas en Sonora, además de la tecnificación del riego agrícola, la regulación de concesiones y el saneamiento de cuerpos de agua.
En Hermosillo, las nuevas presas buscarán captar agua de los ríos Sonora y San Miguel de Horcasitas para abastecer a la población local.
Sin embargo, grupos de habitantes, agricultores y organizaciones ambientalistas se han manifestado en contra de estas obras pues denuncian la falta de consulta pública, la inexistencia de estudios de impacto ambiental y la viabilidad de construir nuevas presas en cuencas que ya presentan niveles bajos.
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