La Fiscalía General de Quintana Roo y la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac) delegación Cancún firmaron un convenio de colaboración, en el que los restaurantes afiliados se comprometen a permitir el paso de agentes encubiertos, a fin de proteger los establecimientos ante la presencia de delincuentes, en especial de narcomenudistas que mantienen los amenazados a través de extorsiones y venta de droga en sus negociaciones.
Entran a los restaurantes y bares de manera desapercibida, como cualquier comensal, se sientan y son atendidos, ordenan de comer o bien una simple bebida, actúan como un miembro de la sociedad civil, a veces solos o en ocasiones acompañados, pero en realidad se trata de agentes de la Policía Investigadora de la Fiscalía de Quintana Roo, en busca de maleantes que mantienen en jaque el sector restaurantero de Cancún y Playa del Carmen.
Observan el escenario, ni siquiera los dueños ni los empleados saben que se trata de un agente para así evitar cualquier tipo de descuido que ponga en alerta a los malhechores.
Los policías encubiertos saben cómo actuar ante cualquier sospecha, ya sea con la visita de extorsionadores o bien la existencia de un vendedor de droga al interior del establecimiento, concretamente dentro de los sanitarios, donde acostumbran a ofrecer y vender sustancias ilegales.
Y es que la situación que viven los restaurantes y los bares de ambos destinos turísticos ya es de franca desesperación. La misma Canirac local ha afirmado que al menos 60 por ciento de los afiliados han recibido llamados de extorsión, de una amenaza latente que los delincuentes no dudan en cumplir, en caso de que el negocio se niegue a cubrir la cuota “por derecho de piso” o bien le cierren las puertas a aquellos que pretenden vender sustancias al interior del establecimiento.
